lunes, 16 de julio de 2007

Hoy es el Día de la Virgen de Carmen

Les escribo algo que leí ayer de la Hoja del Domingo que reparten en la misa. Este artículo es de July Zambrano sobre la historia de la aparación de María en la advocación del Carmen en Monte Carmelo.



Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, como modelo de oración, contemplación y dedicación a Dios. La Virgen María es el modelo insuperable que acogió plenamente la Palabra y que vive para siempre, en cuerpo y alma con el Señor. Su devoción viene fundamentada en la lectura de 1Reyes 18,44, que han interpretado como un símbolo de la Virgen María Inmaculada.


La Virgen se aparece a San Simón Stock el 16 de julio de 1251 y le da el escapulario para la orden carmelitana con la siguiente promesa: "Este debe ser signo y privilegio para ti y todos los Carmelitas; quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno". Quién usa el escapulario se compromete a vivir la vida cristiana siguiendo el ejemplo de la Virgen María. EL escapulario junto con el rosario y la medalla milagrosa es uno de los sacramentales marianos más importantes.


Virgen del Carmen, Ruega por nosotros.

1 comentario:

Day dijo...

DIOS MADRE


En el seno de Dios y dentro del orden jerárquico establecido, en primer lugar está el Padre que representa el Espíritu y es el principio generador masculino, emisor, que infunde la vida a cada ser. En segundo lugar está la Madre que representa la Materia y es el principio generador femenino, receptor. La Madre representa las tendencias opuestas a las del Padre y precisamente por ser opuestas son complementarias entre sí, lo cual significa que entre ambas tendencias constituyen la totalidad de la Creación. Una no es posible sin la otra.

La Madre es la matriz que proporciona el cuerpo a cada espíritu para que éste pueda evolucionar. La Madre es la Naturaleza, entendiendo claro está por Naturaleza todas las formas posibles que puedan existir. Cuando contemplamos la constitución material de los inmensos cuerpos celestes, de los magníficos paisajes naturales, de las exquisitas y delicadas formas de las más bellas flores, de la diversidad y riqueza de los animales, del complejo y fantástico cuerpo humano, etc. estamos contemplando las manifestaciones de nuestra Madre Dios, una Madre con la que mantenemos una estrecha relación, a lo largo de toda nuestra existencia.

Así como el cuerpo humano comienza su desarrollo en el seno materno, el primer cuerpo que emplea un espíritu para su evolución, también se desarrolla en el seno de la Madre Dios. Por ejemplo, los minerales, son la especie menos evolucionada de la Creación y por lo tanto, sus cuerpos son los primeros vehículos que emplean los espíritus al iniciar su etapa evolutiva. El cuerpo de un mineral está formado de materia muy densa, su crecimiento es muy lento y se desarrolla completamente en el seno de la Madre, es decir en plena Naturaleza.

Otro ejemplo evidente son los vegetales, una especie más evolucionada que la anterior, su constitución es menos densa que la de los minerales, y su crecimiento menos lento, pero sus cuerpos siguen todavía adheridos al seno de la Madre mediante sus raíces.

Estos dos ejemplos nos muestran un aspecto de la Madre Dios poco conocido, cuya lamentable consecuencia es no rendirle el tributo que Ella se merece. No debemos olvidar que con sus maravillosas características y con su abnegada y constante presencia, nos proporciona los cuerpos que necesitamos para nuestra evolución, por lo tanto, es un deber de hijo ofrecerle nuestro reconocimiento, admiración y gratitud por todos sus atributos, por los cuidados que recibimos de Ella y por acompañarnos durante toda nuestra trayectoria.

La Madre Dios no debe confundirse con María, la madre de Jesús, que fue un ser elevadísimo, muy evolucionado espiritualmente, pero al fin y al cabo un ser creado, no increado y divino como es la Madre Dios o principio generador femenino.



M.VOSA